¡Qué vergüenza! :(

Después de una clase en la que me sentía muy cómodo, muy suelto, la cago al final en la kata que de siempre más me ha gustado, la que había convertido en mi tokui-kata (kata preferida): Bassai Dai (de Renbukai).

Fran planteó que cada uno preparase un kata para hacer luego un remedo de competición. Salí de primero, junto a David (que hizo Seipai). Y, lo que realmente me avergüenza, es que simplemente por haber cambiado la orientación dentro del dojo, me equivoqué y perdí el embusen (recorrido del kata). Nunca en mi vida, y menos con Bassai Dai, me había pasado cosa semejante (ni cuando era Kyu).

Una vez que me equivoqué la primera vez, ya después fue imposible volver a concentrarme y la cosa salió penosa. ¡Practicar, practicar, practicar! en todas las direcciones, velocidades, ritmos... hasta hacerla con los ojos cerrados, con tal de no volver a meter la pata. Y la próxima vez que hagamos kata, volveré a elegir Bassai Dai, para demostrar que sé lo que significa: derribar la fortaleza.