El fin de semana termina el lunes

El viernes fui a correr por el paseo marítimo, saliendo desde el gimnasio Garrapucho, tocaban 45 min. No me gustó mucho porque no tenía mucho tiempo (luego había compromisos) y además el paseo marítimo estaba atestado de gente. A lo mejor más hacia la primavera volveré a probar; pero por ahora creo que seguiré saliendo de casa para correr los viernes.

El ritmo fue algo más lento porque, como es lógico, tenía que adaptarme al recorrido, sus cuestas, esquivar a la gente paseando... en fin, que la cosa quedó en 5 min. 46 seg. de media. No quedé muy contento, pero hay que cambiar de recorrido de vez en cuando para no aburrirse.

El sábado, karate y con muy buenas sensaciones en cuanto a forma física. Algo también ha notado Fran que me preguntó al respecto. Yo le indiqué que ahora estaba ya en 73 kilos de media (he bajado 3 ó 4 kgs. en las últimas semanas y me siento mucho mejor). Ahora solo a esperar recuperar el puntito de velocidad que me falta para aplicarlo tanto en kumite como en kata (¿quién pensaba que no hacía falta velocidad para los katas?). El instinto sigue ahí, latente; pero necesito forma para soltarlo.

El domingo tocaba día de descanso, sobre todo propiciado porque llovía (por fin, después de un mes entero sin caer una gota), de ahí el título de esta entrada, porque la jornada de ayer la traslado a hoy, lunes 19 de noviembre, salvo que caigan chuzos de punta. Me tocan 48 min. y mañana a descansar hasta el miércoles.